
- ¿En qué piensas?
- En nada -respondía ella. Y era cierto. Todo está allí, entonces nada.
(CAMUS,1968,42)
Sí, recibir tan sólo la transparencia de los paraisos perdidos: en una imagen.
(CAMUS,1968,48)
La sencillez en lo cotidiano, la sencillez que nos lleva a la indiferencia, a lo que siempre está ahí y se da por hecho, eso que no tomamos en cuenta muy a menudo, pero que es lo que nos devuelve la vida, la sensación de vivir, cuando nos damos cuenta de que está ahí. Es a lo que apela Camus en su ensayo Entre el sí y el no, y en su cuento La mujer adúltera.
¿Es el ruido del mar lo que se oye a lo lejos? El mundo suspira hacia
¿Es el ruido del mar lo que se oye a lo lejos? El mundo suspira hacia
mí en un ritmo prolongado y me trae la indiferencia y la
tranquilidad de lo que no muere. (CAMUS,1968,41)
El recuerdo, la sencillez de su infancia, de su casa, de la soledad, de la pobreza, es lo que aprecia el hombre que está sentado frente a otro paisaje al que se muestra indiferente (como lo hizo en su niñez con el canto de un borracho, con el ruido de un tanvía, los cuales, en su momento no lograron turbar esa gracia sin precio, pero que ahora cobran sentido dentro de esa imagen, conforman todo el sentido) pero que quizá en otra época lo recuerde, como eso que pasa desaprecibido, porque está frente a nuestro ojos.
Hay una soledad en la pobreza, pero una soledad que da su precio
El recuerdo, la sencillez de su infancia, de su casa, de la soledad, de la pobreza, es lo que aprecia el hombre que está sentado frente a otro paisaje al que se muestra indiferente (como lo hizo en su niñez con el canto de un borracho, con el ruido de un tanvía, los cuales, en su momento no lograron turbar esa gracia sin precio, pero que ahora cobran sentido dentro de esa imagen, conforman todo el sentido) pero que quizá en otra época lo recuerde, como eso que pasa desaprecibido, porque está frente a nuestro ojos.
Hay una soledad en la pobreza, pero una soledad que da su precio
a cada cosa. En un determinado grado de riqueza, el mismo cielo
y la noche llena de estrellas parecen bienes naturales, pero
en la parte baja de la escala el cielo recobra todo su sentido:
una gracia sin precio. ¡Noches de verano, misterios en que
crepitan estrellas! Detrás del niño se abría un corredor maloliente
[...] Pasaba a veces un tranvía gigantesco y veloz. Un borracho
canturreaba luego en la esquina de una calle, sin conseguir, así y todo,
turbar el silencio. (CAMUS,1968,42)
Lo que le sucede a Janine, en La mujer adúltera, es ese despertar a la sencillez y al recuerdo.
En medio de los griots y con un gran chirrido de frenos el autocar
se detuvo junto a los soportales de adobe de un hotel de sucios cristales.
Janine se bajó y una vez en la calle sintió que vacilaba. Observó un minarete
amarillo y grácil, por encima de las casas. A su izquierda se recortaban ya las
primeras palemras del oasis y hubiera deseado dirigirse hacia ellas. [...]
Soñaba con las palmeras rectas y flexibles y con aquella muchachita que ella
Soñaba con las palmeras rectas y flexibles y con aquella muchachita que ella
había sido. (CAMUS,2002,16-17)
El darse cuenta de lo que está frente a ella, lo que está más allá de la rutina,es lo que se remarca en todo el cuento, la sencillez, lo que para cualquier persona es cotidiano, el narrador nos muestra lo que Janine ve, los niños en chilaba jugando con un trompo, las palmeras del oasis, hasta el aroma del té. A lo largo del cuento se nota la indiferencia, y hasta la molestia, de Marcel hacia todo lo que le rodea, sin embargo, conocemos el paisaje, la prespectiva de Janine, gracias al narrador.
El pensar en nada, como en Entre el sí y el no, muestra la indiferencia, pero, como ya se ha señalado, la indiferencia a lo que está ahí, no pensar en ello, no significa que no exista, sólo que está en un estado de espera, para cuando decidamos voltear los ojos para verlo, para vivir.
Cuando Janine regresa de su aventura nocturna con las estrellas y el paisaje, y llora, la frase final nos remite a Entre el sí y el no, 'No es nada, mi amor -decía ella-, no es nada.' (CAMUS,2002,31) "Todo está allí, entonces nada." (CAMUS,1968,42). Todo está en una imagen, en una imagen que estática, en la que todo está ahí,en la que todo converge. En la que están todos los paraisos perdidos del recuerdo y del presente, el cual, en cualquier momento se vuelven recuerdos.
El recuerdo de Janine, se vuelve lo mismo que el recuerdo del "niño Camus", la vuelta a lo que no se había tomado en cuenta, porque estaba ahí, hasta que se presenta la oportunidad de ser concientes y con ello la aceptación.
Seguía a Marcel, eso era todo, contenta de saber que alguien la necesitaba. La única alegría que él le daba era la de saberse necesaria. Sin duda alguna él no la quería. Ni siquiera el amor rencoroso tiene rostro ceñudo. ¿Pero cuál es su rostro? Se amaban en la noche, sin verse, a tientas. ¿Existe otro amor que no sea el de las tinieblas, existe un amor que grite a plena luz del día? No lo sabía, pero sabía que Marcel la necesitaba y que ella necesitaba aquella necesidad [...] (CAMUS,2002,27)
Bibliografía:
Camus, Albert. (1968) Entre el sí el no, en: El revés y el derecho Buenos Aires, Argentina: Ed. Losada, trad.
Alberto Luis Bixio. pp.39-51.
------------------- (2002) La mujer adúltera, en: El exilio y el reino, Madrid, España: Ed. Alianza. trad. Manuel De Lope.
------------------- (2002) La mujer adúltera, en: El exilio y el reino, Madrid, España: Ed. Alianza. trad. Manuel De Lope.
pp. 9-31.
AleHermiMonelle

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